Medianoche en el
billar ¨La Estrella¨: humo y penumbra. Las bolas suenan, opacas. Se habla a
media voz, como en la iglesia. Máquinas eléctricas, en la oscuridad, con luces
y, en silencio, con cascabeles finos.
—No hay caso,
este Choro Plantado es un trome con el taco. Y es bien gallada. Cómo quisiera
ser como él. Comenta Carambola con un compañero de clase que por primera vez
pisa billar.
—Claro, si te
empeñas y vienes todas las noches.
—Ahora me
enseñas, ¿ya?
—Mejor es que
primero veas cómo juegan. Miremos al Choro Plantado. Manya, desde las siete está
juega que juega, sin cansarse. No vayas a creer que es vicioso: él. Sólo juega
para liberarse.
—¿Liberarse de qué,
ah?...
(Aquí podéis leer
el cuento completo)
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