PRÓLOGO
Sí,
Kilgore Trout está otra vez de vuelta. No pudo triunfar fuera. Lo cual no es
ninguna desgracia. Hay muchísima buena gente que no puede triunfar fuera.
***
Recibí
una carta esta mañana (16 de noviembre de 1978) de un desconocido, un joven
llamado John Figler, de Crown Point, Indiana. Crown Point es famoso porque de
su cárcel se fugó el atracador de bancos John Dillinger en plena Gran
Depresión. Dillinger escapó amenazando a su carcelero con una pistola hecha con
jabón y betún. Su carcelero era una mujer. Descanse en paz su alma, y también
la de ella. Dillinger fue el Robin Hood de mi primera juventud. Está enterrado
cerca de mis padres (y cerca de mi hermana Alice, que le admiraba aún más que
yo), en el cementerio de Crown Hill, en Indianapolis. También está allí, en la
cima de Crown Hill, en el punto más alto de la ciudad, James Whitcomb Riley,
«el poeta de Indiana». Mi madre conoció a Riley muy niña aún.
Dillinger
fue sumariamente ejecutado por agentes del FBI. Le acribillaron en un lugar
público, aunque él no intentó escapar ni ofrecer resistencia. Por eso no tiene nada de reciente el poco respeto
que me inspira el FBI...
(Aquí podéis leer el relato completo)
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