Las
playas limeñas durante el verano, especialmente los domingos, se contaminan a
partir del mediodía. A esa hora tiene uno que salir del mar, o abandonarla por
completo, y ponerse a chupar. La masa lo infesta todo.
Una
mañana, incapaz de resistirlo, agarré mis cosas (par de zapatillas, medias,
camiseta) y me mandé mudar. En el kiosco de Pepe, extendido en el límite entre
la arena y el estacionamiento, encontré a Rodrigo acompañado por varios de sus
congéneres, un ramillete de maricones acomodados, tomando cerveza sentados
alrededor de una mesa redonda. Estaban, como siempre, muy animados. Casi no hay
maricón taciturno. Jalé una silla y me uní a ellos...
(Este relato forma parte de la novela LOS QUEHACERES DE UN ZÁNGANO y lo podréis leer completo aquí)
http://periodicoirreverentes.org/2015/08/06/los-quehaceres-de-un-zangano-alegre-panorama-estival/
(Aquí podéis escuchar este relato)
(Aquí podéis escuchar este relato)
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